Caça Social

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martes, 17 de abril de 2018

SALVEMOS LA PERDIZ, ADECANA PRESENTA SUS PROPUESTAS PARA SALVAR LAS ESPECIES DE LA FAUNA ESTEPARIA


1º) COMO ERA ANTES EL HABITAT DE LA PERDIZ Y COMO ES AHORA.

Las zonas centro y sur de Navarra hace 50 años eran un paraíso de todo tipo de especies, entre ellas la emblemática perdiz roja, al ser un hábitat asociado a una agricultura y ganadería tradicional y al característico hábitat ideal para el desarrollo de las especies esteparias en forma de mosaico en el que se mezclaban campos de cultivo tradicional salpicados con liecos de matorral autóctono mantenidos con el ganado y las quemas controladas.

¿Qué ha ocurrido desde entonces? El problema, tal como ha sido corroborado por los estudios realizados, es claramente por la degeneración del hábitat, en su mayor parte provocado por la agricultura moderna, los regadíos, unas concentraciones parcelarias muy agresivas con el medio, y los agresivos métodos de laboreo, recolección, recogida de los cultivos y de la paja, así como el abuso de fitosanitarios, herbicidas. Si a toda esta degradación que se queda sin cobertura vegetal le sumamos un exceso de predadores, actualmente nos encontramos con lo que tenemos.


VISICITUDES QUE TIENEN QUE PASAR LAS PERDICES QUE CONSIGUEN NACER HASTA LLEGAR A ADULTAS

El primer problema es que que los lugares donde antaño vivían por la degradación medioambiental están al límite de su capacidad de carga para albergar sus poblaciones, ya que por un lado los campos después de ser cultivados y retirada la paja están como un erial sin protección alguna, y los liecos donde antaño se refugiaban y obtenían alimento, están en parte agregados incorrectamente a zonas cultivables e invadidos de vegetación impenetrable.

En los años buenos en los que la climatología es favorable las parejas de perdices incuban entre una docena y dieciséis huevos, pero si tienen la suerte de que ningún predador de con ellos o no sean destrozados por la maquinaria agrícola, tras nacer los pollos, conforme va pasando el tiempo ven drásticamente menguando su número, quedando muy unos pocos ejemplares después del verano antes de empezar la caza.

El primer envite que deben de superar es que como cada vez hay menos lugares donde poner los nidos, muchas parejas se ven obligadas a depositarlos en el cereal, resultando destruidos muchos de ellos tras el paso de las cosechadoras y empacadoras. El Gobierno de Navarra ha elaborado con la colaboración de los cazadores un estudio que lo demuestra, pero desde ADECANA no vemos que estén llevando a la práctica medidas para solucionarlo.

Las que logran sobrevivir a ello, tienen un gran problema, y es que el único alimento de las perdiganas en sus primeras semanas de vida son los insectos, y con la proliferación de herbicidas, insecticidas y fitosanitarios que actualmente se trata el campo prácticamente ya no existen o los pocos que restan en el campo o están muertos o afectados por los venenos de los tratamientos, muriendo muchas de ellas por falta de alimento.

¿Qué ocurre con las medias perdices que a pesar de ello han conseguido sobrevivir? Que tras la recolección del cereal y recogido de la paja, y posterior arado de los campos, estos se han convertido en espacios sin protección alguna, por lo que cuando se tienen que desplazar grandes distancia en busca de alimento y agua, están a merced de todo tipo de predadores que en su camino las acechan. Antes en cualquier ezpuendas o barranco había manantiales donde podían beber, pero con las concentraciones parcelarias muchos de ellos los han hecho desaparecer.

Todos los años por estas fechas los cazadores naturalistas nos acercamos ilusionados a los campos para comprobar, escuchando sus cantos, la abundancia de codornices y resto de especies que están allí intentando criar a sus pollos, pero conforme se van laboreando los campos nuestras ilusiones se desvanecen cuando entran las cosechadoras y las recogedoras de paja, dejan todo convertido en un erial sin posibilidad de vida alguna.


NORMATIVA QUE NO SE APLICA Y PROPUESTAS DE MEJORA DE LA MISMA.

Para resolver este grave problema, se pueden hacer muchas actuaciones para frenar este deterioro, pero no debemos olvidar que por la Ley Foral de Protección de la Fauna Silvestre y sus Hábitats, el Gobierno de Navarra y el resto de las Administraciones Públicas están obligados por Ley a velar por el mantenimiento de la biodiversidad mediante medidas para la conservación de la fauna silvestre, especialmente de la autóctona y de sus hábitats naturales, que la protección, conservación y mejora de la fauna silvestre y sus hábitats comprende tanto las acciones encaminadas a su potenciación como a la prevención y eliminación de las conductas y actividades que supongan una amenaza para su existencia, conversación o recuperación, y que a pesar de que su inspección, vigilancia, protección y control de la fauna silvestre corresponde al Departamento de Medio Ambiente, poco o nada hacer para arreglar este gran problema medioambiental.

A pesar de que por Ley está prohibido alterar y destruir los hábitats naturales, nidos, vivares y áreas de reproducción, invernada o reposo, y que los agentes de la autoridad tienen el deber de interrumpir cautelarmente cualquier actuación que vulnere lo anterior, teniendo que dar cuenta inmediata de ello al Gobierno, que pocas veces vemos que no hagan.
A pesar de que por Resolución se formuló la Declaración de Impacto Ambiental del Proyecto de Planta de Biomasa en Rocaforte cuyo fin era minimizar todo lo posible los impactos medioambientales de la gestión de la paja por parte de la misma, lo cierto es que no se están cumpliendo los requisitos que en ella se exigieron.

Nos quejamos de que está desapareciendo la fauna ligada a la estepa cerealista, pero lo cierto es que desde el Gobierno de Navarra está haciendo muy poco o más bien prácticamente nada para frenar este deterioro.

Este tipo de normativas tiene por objeto determinar los requisitos legales de gestión y las buenas condiciones agrarias y medioambientales, llamados requisitos de condicionalidad, a los que hace referencia un Reglamento de la Comunidad Europea aplicables a los regímenes de ayuda directa en el marco de la política agrícola común.
En base a ellos la Administración está obligada a promover y primar la adaptación de ayudas al ciclo biológico de las aves esteparias, compensando la merma o quebranto que se ocasione al agricultor, pero nunca pagar por romper dichos ciclos de reproducción y refugio.

El cumplimiento de estas normas está supeditado a la concesión de ayudas de la PAC de la Económica Europea, y este es el primer paso para un manejo de las actividades agrícola-ganaderas más acorde con la defensa medioambiental de nuestro territorio, Desde ADECANA exigimos que su gradual implantación suponga una evidente mejora de las condiciones ambientales de la estepa cerealista y de las especies que la habitan.

3º) MEDIDAS QUE ADECANA PROPONE APLICAR PARA EVITAR SU DESAPARICIÓN

ADECANA defiende desde hace muchos años que es fundamental para tener éxito en este campo que los estudios y las propuestas que se lleven a efecto tiene que ser efectivas, pero para ello es fundamental que las medidas que se adopten mediante la aplicación de la Política Agraria Europea (PAC), de las medidas agroambientales, y de los Planes de Ordenación Cinegética (POC) tienen que ir totalmente integrados, unificados y coordinados en una normativa y planes de actuación de ámbito superior que los haga efectivos.

De nada sirve que por parte de los cazadores y de la Administracion se trabaje en una serie de medidas de regeneración de los hábitats, si luego la actividad agrícola va totalmente por libre respecto a las anteriores.

Un aspecto fundamental para ello es la revisión de las Concentraciones Parcelarias y sus Declaraciones de Impacto Ambiental que se han hecho en Navarra, y comprobar si se han llevado correctamente a su práctica, con el fin de ir recuperando lo destruido, controlando las zonas de las parcelas agrícolas que no son arables y que han sido apropiadas ilegalmente.

Otro ejemplo de ello son los Planes de Ordenación Cinegética, los cuales en vez de ser únicamente cinegéticos, tienen que ser integrales de la gestión de cada uno de los territorios que lo integran, incorporando medidas agrícolas, ganaderas, de actividades de ocio, etc. solo así podremos conseguir que sean efectivos y que realmente sirvan para mejorar el medio ambiente, no solo para contar los animales que existen.

No hay que olvidar que al ser principalmente un problema medioambiental, la responsabilidad es del Gobierno de Navarra que es quien tiene las competencias. Los cazadores somos uno más de los usuarios del campo, y lo único que podemos hacer es formular propuestas para mejorar y ayudar en lo que podamos.
Es fundamental no solo se nos diga que es lo que se pretende hacer, sino cuales son las líneas económicas que lo van a sostener. No queremos palabras al viento, sino hechos.” “No solo hay que conseguir financiación para las ayudas, sino es conseguir que estas sean lo suficientemente atractivas para que la gente se apunte.

A entender de ADECANA, es fundamental que la Administración elabore y apruebe una legislación que establezca las pautas que los agricultores deben seguir en todo tipo de terrenos agrícolas que existen en Navarra, con respecto a la recolección de cereales y demás productos del campo, regulando, entre otras cuestiones, lo siguiente:

- Incentivos o subvenciones a los agricultores por acogerse a medidas de eco condicionalidad, así como difusión de las mismas.

- Promover e incentivar más la agricultura integrada.

- No permitir cosechar ni recoger la paja de noche, ya que los animales salvajes, tanto los de carácter cinegético como los restantes que pueblan nuestros campos, con el ruido y los focos de la maquinaria, entran  en pánico, se desorientan  muy fácilmente y acaban fatalmente engullidos  por las cosechadoras.

- Limitar la velocidad máxima que se pueda desarrollar en este tipo de trabajos, así como la anchura de los rastrillos empleados  en la recolección, ya que tanto la excesiva rapidez con la que trabajan, como la referida anchura del corte causan graves afecciones medioambientales.

- Implantar la instalación en las maquinarias recolectoras y de recogida de paja de dispositivos espanta fauna.
-Recuperación y conservación de las cañadas ya que son un espacio fundamental para la fauna.- -Recuperación de liecos comunales apropiadas ilegalmente para las parcelas.

-Obligación de dejar un mínima altura de la paja en el corte.

-Subvencionar que se dejen 5 metros sin cosechar para refugio de la fauna.

-Estudiar la incidencia de la siembra directa en la fauna, y el fumigar las parras con unos productos que matan todo.

-Control de predadores mucho más exhaustivo, zorros y demás especies. Ahora hay más predadores que perdices., Los cazadores cada vez se creen más que crían perdices para que se alimenten los predadores.

-Recolocar conejos en todos los cotos susceptibles para ello para evitar que el efecto predación se cebe solo con la perdiz, promoviendo su reintroducción en aquellas zonas que prácticamente ha desaparecido.

ADECANA Navarra


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